Algo sobre la obra de Ignacio Hochhausler


A orillas del gran río Danubio, en Viena (Austria), nacía en 1892 Ignacio Hochhausler, un europeo común y corriente, apasionado desde pequeño por el novedoso y reciente invento de la fotografía
La Gran Guerra Europea (acaecida entre los años 1914 a 1918) lo obligaron a abandonar su convulsionado país, embarcándose hacia Latinoamérica; llegaba así a Chile en 1926, a la edad de 33 años junto a su familia uno de los tantos inmigrantes europeos.

La pasión por la fotografía lo llevó a recorrer cada rincón de la nación; en sus obras plasmó la belleza de la naturaleza, la humanidad de las personas, la arquitectura latina y una amplia gama de sectores que le permitieron ser rápidamente reconocido a nivel nacional.

En 1937 participó en la fundación del Foto Cine Club, lo que lo llevó a fotografiar desde sus ya queridos niños chilenos hasta los presidentes de la época; como Arturo Alessandri y Pedro Aguirre Cerda.

La fotografía de Ignacio Hochhausler es simplemente espectacular; una mezcla entre lo casual del mundo chileno y lo perfecto del entorno. 

De las miles de fotografías que conservamos de Ignacio Hochhausler, por razones obvias, las que tomó mientras visitaba Lota, nos interesan con exageración; es que el fotógrafo austriaco quedó fascinado con el mundo obrero; muchas de sus imágenes son de mineros (expresiones de sus rostros, sus vestimentas, herramientas, etc), asi como también de la Industria misma (los edificios industriales lotinos).

El trabajo de Ignacio Hochhausler en Lota es amplio y, para quienes hemos visto innumerables fotografías de la época del carbón, es casi natural reconocer a vista rápida, cual fotografía pertenece a él y cual no.

Lástima que con su muerte, en 1983, la vida de este hombre cayó casi en el olvido, por aquella razón es bueno dedicar, aunque sean unas simples líneas como estas, a hablar sobre el trabajo de nuestros precursores fotógrafos en la historia chilena.


A Ignacio Hochhausler (1892-1983)